viernes, 3 de julio de 2009

El duro camino del aprendizaje.

Esta historia esta escrita por Roca...no es buena....es secillamente GENIAL!

1.- La llegada.

Frío, la única sensación que teníamos era la del frío, ya ni el hambre ni la sed ni el aburrimiento del largo traslado en carromato nos hacía efecto, ni siquiera mirábamos al cielo en busca de los afortunados pilotos de grifo que recorría la misma distancia en un par de horas. En el fondo de la carreta nuestros menudos cuerpos infantiles se arrebujaban unos contra otros debajo de un ajado retal de tela de escarcha, bueno alguna vez fue tejido de escarcha, la magia de Rey Exánime hacia muchos años que había desaparecido de forma que el tejido de la sanación y el confort era ahora un montón de harapos deshilachados y malolientes.

De repente, tras un brusco giro a la izquierda, un gran claro en el bosque de Dun Morogoth se abría a ambos lados del camino, y al frente, iluminada por el sol del ocaso se alzaba majestuosa la gran montaña de Forjaz.

Raro os parecerá que los orgullosos enanos, tan celosos de sus secretos nos acogieran en su reino, hoy en día se nos hace imposible pero aquellos eran otros tiempos, aun no se había producido la traición de Franclorn Forgewright, Rocanegra era fiel a la alianza y la guerra civil de los enanos, instigada por las intrigas palaciegas de Veltormenta no se había producido.

En aquellos años grandes brujos enanos, los mejores en su clase, vagaban por campos y pueblos en busca de talentos, así durante una de nuestras múltiples peleas el menudo cuerpo de Char aterrizo a los pies de lo que aparentemente no era más que una roca, y fue al apoyarse para ponerse en pie, mirarnos con desden, ya que siempre ganaba, y continuar la pelea cuando oímos a la roca decir, “Charlenne hija de Aaulum, ¿por qué quieres arrancarme la nariz?. La roca comenzó a crecer y a crecer hasta convertirse en una de las múltiples formas del gran mago enano Ranatax. Pero no era una forma de terror sino de paz y tristeza ya que al leer nuestro futuro había presentido que nuestra grandeza llegaría pero también nuestra maldición, así vio que el bien y el mal irían siempre con nosotros, que el camino que eligiéramos era nuestra responsabilidad y que desgraciadamente eso era lo que estaba buscando, para el incierto futuro que se avecinaba necesitaba personajes como nosotros, futuros mercenarios de la Alianza, que mataran sin preguntar, que solamente necesitaran la excusa del honor, la grandeza y el oro.

Así, en silencio, con una sonrisa en los labios y una lágrima en el alma el gran brujo se dio la vuelta y se dirigió a la choza donde vivía Uta Karneille. De lo que hablaron estos dos grandes brujos no han quedado registros, a que elementales invocaron o que oscuros arcanos manejaron es y será siempre un misterio, lo que si os puedo contar es que si alguna vez he tenido miedo fue esa tarde, cuando en nuestra mente se instaló la orden de no molestar, no mirar y en cierta medida olvidar.

También fue la única tarde en la que Madeo no habló, se sentó en el suelo, cruzo los brazos y cerro los ojos. Lo que pensó o quizás soñó solo lo sabe él, y si queréis un billete gratis al cementerio preguntarle.

Extraña fue la reacción de Ukas, de pie mirando a la choza su mente juzgaba, fue la primera vez, según me contó muchos años después, que se enfrentaba a una bifurcación en el camino del destino y elegía, sin ninguna duda y como haría muchos años después cuando juzga demonios sin piedad.

Pero lo peor fue ver como Charlenne perdía la sonrisa para siempre, los que la conocéis diréis que miento, que si algo hace Char es sonreír, pero ya no lo hace con aquella sonrisa, esa tarde fue para Char el fin de la infancia, o mejor dicho el fin de la inocencia. Muchas veces le he preguntado que conocimiento arcano, que visión del futuro se le había mostrado y siempre me ha dado la misma respuesta, el futuro no está escrito pero para nosotros no hay destino.

Estaba perdido en oscuros pensamientos, repasando estos inciertos recuerdos cuando comencé a sudar, el frío había desaparecido, un aire seco y cálido nos daba la bienvenida, la gran puerta de Forjaz se abría ante nosotros.

De repente la carreta paró en seco, el enano guía se dio la vuelta y nos ordenó que nos pusiéramos en pie y guardáramos silencio, que un acto de honor iba a comenzar.

Un hueco nos hicieron en el quicial izquierdo de la puerta, junto al gozne que atacó el gran dragón azul, padre de las vermis de escarcha, donde dice la leyenda que se melló un diente y que al sentir dolor, una sensación que era nueva para él se retiró al valle de Sombraluna a pensar, y desde entonces esta allí intentando comprender que es esa sensación y a cuantos seres vivos se la ha ocasionado.

De repente se hizo el silencio, dos enanos andrajosos y demacrados caminaban lentamente hacia la entrada, uno de ellos portaba un pesado fardo. En un instante el sol del ocaso les iluminó y por una rendija del fardo reboto iluminando la puerta. Acero de titanes grito Forjaz con una sola voz, han traído acero de titanes.

De camino al que iba a ser nuestro hogar durante varios años, el guía enano nos contó que el acero de titanes solo existe en Rasganorte, la tierra de rey Exánime, que siete son los mineros que parten habitualmente en su búsqueda, que raramente regresaba alguno con vida y más raramente aún con los preciados lingotes.

Muchas veces después de la batalla cuando miro mi escudo muro de acero de titanes pienso en las almas de aquellos que entregaron su vida por conseguir el preciado material, en aquellos que murieron en una profunda sima, picando a ciegas, y les agradezco el sacrificio, el heroísmo real.

Así entramos en Forjaz, aquel sitio sería la forja en la que nos convertiríamos en lo que somos.

Roca


2 comentarios:

  1. cada vez me dejais mas alucinada... Roca, no teng palabras, y eso q no callo ni bajo del agua jajaja... eS SOBERBIO de verdad!!

    Char

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  2. maravilloso Roca, sencillamente maravilloso, vamnos a tener que publicar un libro a este paso!! Muy bueno!

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