viernes, 3 de julio de 2009

Luz de alma

Allí siempre hacía calor, al contrario que en otros desiertos, la noche de este no daba tregua. Las estepas ardientes era un desierto volcánico, y los volcanes aún activos, emanaban tal cantidad de calor que ni las noches de invierno conseguían reducir la temperatura de la zona, no de forma sensible. Increíblemente a lo largo de los siglos, la vida se había adaptado y se había resistido a desaparecer, durante siglos fue un lugar que solo cambiaba por los caprichos de los volcanes. Así hasta que estalló la guerra, después Las Estepas se convirtieron en un campo de batalla permanente, la culpa de todo la tenía Cumbre Rocanegra y sus malditos depósitos del preciado hierro negro. Hacía siglos, que un clan de enanos se había hecho con el lugar, pero el mal llegó a sus corazones y capturó sus almas. Los enanos fueron repudiados y expulsados del reino de Forjaz, se convirtieron en el Clan Rocanegra , corrompidos hasta la médula se aliaron con la Horda tras la invasión, y con cosas perores surgidas de la montaña, como Rasgaros el Demonio de Fuego. El Clan Rocanegra se había aliado con los Ogros Mah´lk que ahora vivían a los pies de su ciudadela-montaña.
Un decenio atrás la Horda había lanzado una ofensiva para hacerse con el control del cetro de Las Estepas y de sus minas de hierro negro, el único lugar que aún conservaba la Alianza para extraer ese tan preciado metal. La guerra aún continuaba hoy en día, en un status quo delicado, las dos facciones se atacaban constantemente intentando conseguir lo que la otra tenía.
Al oeste de El Campamento del Torio, puesto avanzado de La Alianza, y en tierra de nadie corre uno arroyo de agua fresca y fría proveniente de lo alto de las montañas, más allá de donde alcanza el calor de los volcanes. Al pié de las rojas montañas, junto al arroyo, hay una caverna natural no muy profunda. Allí, había decidido refugiarse Loordardo, antaño exaltado guerrero de La Alianza había conocido la gloria, el honor, la riqueza, el poder….e había codeado con la nobleza, con la rica burguesía de Vertormenta. Su vida había estado dedicada a la espada y a la búsqueda fama, oro y mujeres…hasta que le llego la muerte, o la nomuerte, cerca de El Claro Pestilente. Su cuerpo muerto había sido profanado por la magia negra de los servidores del Rey Exánime, y los propagadores de La Peste. Le había traído de la muerte para convertirlo en un monstruo sanguinario, un Caballero de La Muerte al servicio del Rey Exánime, controlado por el y su magia. Durante mucho tiempo no supo que era, ni alcanzaba a recodar que había hecho, y daba gracias a los Dioses por ello. Pero un día, durante un asalto a La Capilla de La Luz, el poder de la magia blanca y la bendición de los Dioses había roto el velo de control sobre los Caballeros de la Muerte que allí se encontraban, fueron conscientes de los que les habían hecho y se revelaron contra el control del malvado Rey. Se volvieron con furia contra el , y tomaron el control del Bastión Obsidiana , desde entonces aquel es su acuartelamiento y desde allí luchan contra el Rey Maldito y su ejercito. Con el tiempo llegaron mas Caballeros Renegados, tanto Hordas como de La Alianza, allí se aceptaban por igual. Ambas facciones aceptaron su ayuda contra el Rey Exánime, al principio con recelo y desagrado, pero su poder, su fuera y resolución disiparon pronto las dudas. Hoy eran parte vital de los ejércitos de uno y otro lado, y cada cual escogía libremente su bando.
Loordardo había vuelto a pelear por la Alianza, pero todo había cambiado, él había cambiado. Su sed de sangre lo consumía por dentro, era la penitencia de los nomuertos, y el dolor perenne jamas cedía. Y a no buscaba gloria, ni nada de lo que le hacía disfrutar en su otra vida. Había cambiado su nombre y ocultado su regreso a amigos y familia, para ellos seguiría muerto. Tras años de guerrear, de matar, de lucha sin cuartel ..cuando creía que todo había perdido sentido, decidió buscar un lugar de refugio y se fué. Terminó en Las Estepas de casualidad como suelen suceder estas cosas, encontró la gruta y le gustó el lugar. En los más hondo de la estancia cavó un hoyo en la dura tierra y allí enterró su armadura, y su equipo de guerra. Se vistió con una pesada túnica negra, y ocultó su rostro como la gente del desierto solo los acerados ojos brillantes de nomuerto descubrían su condición. Pero pocos tenían la oportunidad de verlos de cerca. Con el tiempo pasó por un ermitaño mas del desierto, gente que no le interesaba a nadie.
Solo salía de su gruta por las noches….para cazar y apagar su sed de sangre utilizando únicamente sus manos, o una corta daga. Pasaron años tranquilos de casi felicidad en su soledad, estudió herboristería y se hizo un profundo conocedor de este antiguo saber. Recorrió oculto bajo su túnica el mundo conocido en busca de hierbas, plantas exóticas y de conocimientos...y siempre regresaba a su gruta. Se volvió huraño, solitario y receloso de la gente, mantenía el contacto mínimo con los vivos. Procuraba viajar por los caminos menos transitados, o fuera de ellos, por las noches y huía de cualquier población mas grande de una aldea. De todas formas no lo necesita, los herboristeros y los maestros de herboristería solía vivir en lugares solitarios y apartados.
Su vida cambió una mañana fría al borde de un río en el Bosque de Elwing hacía ya 22 inviernos. Recorría un sendero poco transitado que lo llevaba hacía el linde del Bosque Oscuro a donde se dirigía, ensimismado en sus pensamientos, no se dio cuenta de que llegaba a una granja hasta que casi tropezó con un corral de madera. La granja, muy pequeña, se veía algo descuidada, con muy pocas zonas de labradío trabajadas y escasez de animales. Salvo por los gatos, había al menso una docena rondando la casa, disfrutando de aquel día de sol. Se dio cuenta enseguida de que allí vivían pocas personas, un vistazo a los cordeles con la ropa puesta a orear se lo confirmo. Solo mujeres, y una niña, menuda por le tamaños de su raídos vestidos. Un buen lugar para intentar hacer unas compras a los lugareños, necesitaba yesca y algo de pedernal, y un poco de aceite tampoco le vendría mal.
Se dirigió hacia la casa, haciéndose ver por el centro del camino, no quería asustar a nadie no crear recelos, aunque sabía que su aspecto no facilitaba las cosas. Casi había llegado al primer escalón del porche de la casa cuando algo lo arroyo de frente, algo pequeño había salido como un rayo por la puerta de la casa, la sorpresa le había hecho perder el equilibrio y había dado con los huesos en el suelo. Tumbado boca arriba, se quedó quieto, la situación le pareció de lo mas cómica, había algo encima de el que no paraba de moverse. Agarro al inquieto bulto y lo acercó a su cara, una pequeña cabeza de niña apareció entre una madeja de colada recién lava. Los curiosos ojos de la niña lo miraban perpleja, con curiosidad pero sin una pizca de miedo. La niña apartó con su mano la larga melena que le tapaba parte de la cara, y sonrió.
Loordardo notó como una brecha de luz entraba en su negra y condena alma, jamás se había sentido así, estaba azorado, aquella niña ….aquella sonrisa. Entonces noto algo más sorprendente, su dolor su eterno dolor menguaba, cedía… La niña no dejaba de sonreírle, y el no dejada de mirarla sorprendido, casi temblado la dejó en el suelo a su lado, y se incorporó. Su altura era imponente , pero sus mas de dos metros aún destacaban mas al lado de la pequeña, pero ella no se animó ni por un segundo.

-Perdone señor, le he hecho caer, pero es que no le vi. ¿Le ha dolido?. Creo que le he manchado un poco -La niña hablaba tan rápido que Loordardo tardo unos segundo en entender lo que le decía-¿No se lo contará a mi abuela verdad?. Me dará una regañina. No solemos tener visita y si sabe que encima los tiro al suelo , se enfadará. Por cierto señor, soy Charlenne.

Y le tendió la mano……

Continuara…..
Vais atrasados!!!. Esto le toca continuarlo a Char que lo sepas!.

1 comentario:

  1. jajaja como me puede tocar a mi... si yo escribe el ultimo trozo??? jajaja me estoy rayando... no podemos hacer una historias solo y luego continuamos las demás???

    char

    ResponderEliminar